Minería a cielo abierto agresión a la naturaleza de alto impacto

Hasta mediados del siglo 20, la minería subterránea era el método más común de extraer minerales. Después de la segunda guerra mundial, lo avances tecnológicos permitieron el movimiento de enormes cantidades de materiales promoviendo la explotación de minas a cielo abierto.

¿Por qué a cielo abierto? Porque hoy ya no se encuentran yacimientos de metales concentrados en vetas, sino yacimientos en los cuales los metales se encuentran esparcidos en pequeñas concentraciones sobre amplias extensiones del subsuelo.

La minería a cielo abierto es una actividad industrial que consiste en remover grandes cantidades de suelo y subsuelo para luego extraer el mineral. El mineral puede estar presente en concentraciones muy bajas, en relación con la cantidad del material removido. Como parte del proceso, se cavan enormes cráteres que llegan a tener 150 hectáreas de extensión y hasta 200 metros de profundidad. Se usan explosivos para acceder a las vísceras de las montañas (En un solo día se pueden usar 9 toneladas de explosivos).

Posteriormente para recuperar el metal que se está buscando se utiliza un mordiente para separarlo de la roca. En el caso del oro, se utiliza cianuro, proceso denominado: lixiviación con cianuro (la lixiviación es extraer uno o varios solutos de un sólido mediante la utilización de un disolvente líquido). En la lixiviación con cianuro para obtención del oro, se malgastan aproximadamente 300.000 metros cúbicos de agua al día. Esa agua contaminada con tóxicos y metales pesados se deposita finalmente en piletones, los llamados los diques de cola. Normalmente esos diques se fracturan y el agua contaminada se filtra hacia el subsuelo.

Minería a cielo abierto

Todos los estudios e investigaciones serias sobre minería, coinciden en que ninguna actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la minería a cielo abierto.

En Honduras esta vigente una ley minera permisiva que dejan actuar con muy poco control a empresas mineras transnacionales. Les abrimos las puertas para que busquen en nuestras tierras: oro, plata, cobre, uranio o lo que les venga en gana. 

La mayoría de estas grandes empresas que van por el mundo haciendo estragos son de Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Entre las más conocidas se incluyen Río Tinto, Barrik Gold Corporation, Freeport Mac Moran, BHP-Billiton, Newmont, PlacerDome. Todas tienen en común la obtención de grandes ganancias ocasionando daños de alto impacto allí donde se instalan.

Más del 60% de los materiales extraídos en el mundo son mediante la minería de superficie, si tenemos en cuenta que un solo anillo de oro equivale a 18 toneladas de desechos tóxicos, claramente la postura a tomar, siguiendo el sentido común, es el rechazo total y rotundo de esta actividad.

Techos verdes o azoteas vivas

El cemento, con concreto, las tejas, las chapas, y demás materiales con que suelen construirse los techos o terrazas de casas y edificios suelen generar mucho calor que acumulan por culpa de los rayos del sol. Luego lo liberan creando lo que se llama efecto isla de calor, que suele ser la razón por la cual es más caluroso vivir en una ciudad de concreto que en el fresco de un jardín.

Justamente pensando en esto último, es que se crearon los techos verdes, que resumiendo en un par de palabras se trata de techos cubiertos por vegetación.

¿Para qué cubrir nuestro techo o azotea con vegetación?

Por muchas razones. La principal es aportar algo de verde o vegetación a las ciudades, lo que genera diversos beneficios. Como por ejemplo absorber los gases del efecto invernadero como el dióxido de carbono. También las plantas purifican el aire de otros contaminantes típicos de las ciudades.

Acumulan agua, y por ende disminuye la erosión de las tormentas. También absorben el sonido, así que disminuyen la contaminación sonora típica del ambiente urbano.

Como decíamos evitan el efecto isla de calor al funcionar como aislación térmica, de forma que terminan ahorrando en energía, porque nos aportan fresco en el verano. Y no es un fresquito, permiten bajar mucho la temperatura del edificio.

Pero, ¿en qué consiste un techo verde?

Los hay de muchos estilos y formas, semi intensivos, intensivos y extensivos, dependiendo la profundidad del suelo a plantar, el medio donde van a ser plantados, o si habrá o no un suelo para las plantas.

Los jardines típicos que se crean en los techos, requieren una profundidad de suelo razonable para poder hacer crecer plantas grandes o césped, y se los considera intensivos porque necesitan mucho mantenimiento, requieren irrigación, etc.

Por lo general este estilo de techo verde se usa en lugares con terraza o azotea amplia y grande, así se puede usar para tener plantas aromáticas, de cocina, y pequeños árboles.

Los techos verdes extensivos, por el contrario, están diseñados para ser autosustentables y requieren un mínimo de mantenimiento. Tal vez sembrar algunas semillas una vez al año. Se usa mucho en techos a los que no se puede acceder, o sea tejados de casas, etc.

Se pueden establecer sobre una base muy fina de suelo, a veces incluso sobre una base de rocas húmedas. Se suelen plantar musgos y plantas bajas en requerimientos.

No son muy complicados de instalar, aunque obviamente es aconsejable pedir el asesoramiento de un arquitecto, ya que se requieren una serie de modificaciones sobre la superficie del techo antes de instalar un techo verde

La cueva de Los Cristales, en México una maravilla en el subsuelo - Fotoreportaje

La cámara principal de la Cueva de los Cristales

Una auténtica maravilla subterránea donde se encuentran los cristales más grandes del planeta, llegando a medir 11 metros de largo, 4 de ancho y con 55 toneladas de peso. La Cueva de los Cristales se encuentra a 300 metros bajo tierra, en las profundidades de la mina de Naica, localidad del norte de México.

Investigador del Oroyecto Naica protegido con un traje especial

Se trata de una cueva relativamente inexplorada debido a sus durísimas condiciones ambientales, con temperaturas que llegan a los 50ºC y una humedad de más del 90%. Un grupo de científicos llamado Proyecto Naica es el encargado de la investigación y conservación de la cueva. 

Junto con ellos ha estado el fotógrafo Carsten Peter, a quien se deben estas extraordinarias fotografías traídas a la superficie. 

 Moviéndose cuidadosamente sobre los afilados cristales,

La Cueva de los Cristales fue descubierta en el año 2000 por mineros de Naica. Desde 1910, se conocía la existencia de la Cueva de las Espadas, con cristales de un metro de largo y localizada a 120 metros por encima de la Cueva de los Cristales.

Originalmente se encontraba sumergida bajo el agua y cuando se concluyan las investigaciones, se espera que así vuelva a ser. De momento, las bombas de agua la mantienen en seco accesible a los investigadores.

En 2009 se descubrió una nueva cueva llamada el Palacio del Hielo, a 150 metros bajo tierra, no inundada pero con cristales de menor tamaño.

La llamada Boca del Tiburón cercana a la Cueva de los Cristales

Caño Negro, Costa Rica, refugio de fósil viviente

En el norte de Costa Rica se encuentra el refugio de vida silvestre Caño Negro, un santuario para aves, caimanes y residencia del prehistórico pez gaspar.
Los primeros registros de esta especie corresponden a ejemplares del periodo Cretácico (hace 80 o 90 millones de años), por eso se le conoce como fósil viviente. Los ejemplares actuales conservan algunas características primitivas, como su vejiga gaseosa con funcionalidad de pulmón, además de su morfología anatómica, escamas rómbicas (ganoideas), cráneo en una sola placa y una mandíbula prolongada a manera de hocico. 
Aunque algunas poblaciones de pez gaspar están en riesgo de extinción en otros sitios del mundo, el humedal de Caño Negro alberga la mayor cantidad de esos peces en Costa Rica. El gaspar o pez lagarto prácticamente no ha modificado su forma desde la época de dinosaurios. De diseño cilíndrico y color pardo oscuro, sobrepasa el metro de largo y se le considera híbrido entre pez y lagarto, al compartir características con los peces y los reptiles: tiene branquias, pero también pulmones para respirar aire atmosférico; su hocico alargado es similar al de los lagartos, con dos filas de dientes, y sus aletas dorsales anteriores simulan patas primitivas. Ello le permitió sobrevivir a la última glaciación. 

Hallazgos de fósiles de peces en África, India y América indican que hace 90 millones de años existían animales con las características que hoy distinguen al gaspar, pez que tiene una función como importante controlador biológico de poblaciones de otros peces y base de alimentación para otros organismos depredadores, como caimanes y aves.
A pesar de que la especie se encuentra en una reserva silvestre, el gobierno de Costa Rica otorga permisos de pesca artesanal a los pobladores, mientras se apeguen a ciertas reglas.
El pez gaspar puede llegar a medir hasta un metro de largo y habita en aguas dulces de Centroamérica y el sur de México donde se alimenta de otros peces por ser una especie depredadora. 
El gaspar se reproduce en la época de invierno (de mayo a noviembre) cuando la hembra expulsa los huevos que se adhieren a las plantas acuáticas, donde son fecundados por los machos y 50 horas después eclosionan. 
Las larvas de unos siete milímetros se mantienen unidas a la vegetación durante cinco días y después empiezan a alimentarse de microorganismos.  
La reserva, de 9,969 hectáreas, es un conjunto de tierras bajas que se inundan de manera estacional, formadas por algunas lagunas, pantanos y yolillales. La vida silvestre gira en torno a la laguna Caño Negro, alimentada por el río Frío. Con la llegada de la estación seca, a principios de febrero y hasta abril, el área queda reducida a lagunetas, caños, surcos y playuelas, pero con la temporada lluviosa la laguna se junta con el río Frío y provee un hábitat ideal para la procreación de las aves, como garzillas bueyeras, jabiru (en peligro de extinción), espátulas rosadas, ibis blancos, patos aguja, piches y cormoranes neotropicales. 
Además hay animales en peligro que gozan de la protección como jaguares, pumas, dantos, el manigordo, así como especies más comunes como los monos congo, carablanca y colorado; tolomucos, perezosos de dos dedos, nutrias, zorrillos y venados.

EMPLEOS VERDES: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible.

Un nuevo estudio sobre el impacto de la emergente “economía verde” en el mundo del trabajo, dice que los esfuerzos para combatir el cambio climático podrían conducir a la creación de millones de “empleos verdes” en las próximas décadas.

El informe titulado “Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible con bajas emisiones de carbono”, afirma que la transformación de modelos de empleo e inversiones como consecuencia de los esfuerzos por reducir el cambio climático y sus efectos generan nuevos empleos en muchos sectores y economías, y podrían crear millones de puestos más, tanto en los países industrializados como en países en desarrollo.

 ¿QUÉ SON EMPLEOS VERDES?

Los empleos verdes reducen el impacto ambiental de las empresas y de los sectores económicos, hasta alcanzar niveles sostenibles. En particular, pero no exclusivamente, esto incluye empleos que ayudan a proteger los ecosistemas y la biodiversidad, a reducir el consumo de energía, materiales y agua a través de estrategias altamente eficaces, reducir la dependencia del carbono en la economía y minimizar o evitar por completo la producción de todas las formas de desechos o contaminación. Los empleos verdes en las economías emergentes y en los países en desarrollo incluyen oportunidades para gerentes, científicos y técnicos, pero en su mayor parte pueden beneficiar a una amplia sección de la población más necesitada: jóvenes, mujeres, campesinos, poblaciones rurales y habitantes de los tugurios.

Sin embargo, muchos trabajos que son verdes en teoría no lo son en la práctica debido al daño ambiental causado por prácticas inadecuadas. Por lo tanto, el concepto de empleo verde no es absoluto, hay “tonalidades” de verde y el concepto evolucionará con el tiempo. Además, la evidencia demuestra que los empleos verdes no constituyen automáticamente trabajo decente. Muchos de estos trabajos son “sucios, peligrosos y difíciles”. En industrias como el reciclado y administración de desechos, energía de la biomasa y la construcción, el empleo suele ser precario y los ingresos bajos. Para que los empleos verdes representen un puente para un futuro verdaderamente sostenible, esta situación debe cambiar. El empleo verde debe abarcar el trabajo decente. Empleos verdes, decentes, vinculan de manera eficaz los Objetivos de Desarrollo del Milenio (reducción de la pobreza y proteger el medio ambiente) y contribuyen a que se apoyen mutuamente, en vez de entrar en conflicto.