Desde Brasil, uno de los países mas
"civilizados" llega esta triste noticia en que los miembros de una
tribu que por siempre habían vivido en y con su selva son desalojados por la
fuerza terminando con su habitat, sus costumbres e irrespetando su derecho a
vivir en las tierras heredadas por sus antepasados... con el poder de las armas
modernas y un ejercito superior a las fuerzas de los nativos se les obliga a
dejar la tierra de sus ancestros para darle paso a una represa que enriquecerá
a unos pocos dejando la historia de un pueblo que fue tratado con bestialidad y
humillado al ser lanzado de sus tierras que deben quedar anegadas por las aguas
que contendrá la represa...
La evacuación de la tribu Kayapó –un pueblo
indígena de la región amazónica del Mato Grosso, en Brasil– ordenada por el
gobierno brasileño, ha comenzado… La construcción de la represa hidroeléctrica
de Belo Monte se libera…, a pesar de las numerosas protestas de grupos
ambientalistas y de las más de 600.000 firmas recogidas implorando por su
preservación y resguardo. Por lo tanto, la pena de muerte fue decretada para la
selva y la gente de la gran curva del río Xingú.
Pena de muerte decretada por gente realmente
perversa, por tecnócratas maniáticos pero poderosos y los “inversores” de siempre,
ávidos de negocios y ganancias. Unos y otros se amparan en la
"legitimidad" y el "derecho" que les brinda un tramposo
sistema político economista y pseudodemocrático que decidió por todos los
habitantes del Planeta (humanos y no humanos) que la máquina vale más que la
vida. Pena de muerte o declaración de guerra a la Biodiversidad y al Planeta
Viviente, en la que ya no es posible para nosotros mirar para otro lado o
permanecer como meros espectadores pasivos, sino que debemos decidir sin
hipocresía en cuál de los dos frentes estamos ubicados. Belo Monte, un total de
400.000 hectáreas de valioso bosque nativo será inundado, un área que es más
grande que el Canal de Panamá.
40.000 personas de las comunidades indígenas y
locales…, el hábitat de numerosas especies animales y vegetales, serán
destruidos para siempre.El hombre tecnomorfo hace todo al revés. Se alucina con
los espejitos de colores versión Siglo XXI de la tecnología electrónica y
digital pero no conoce el sutil y delicado equilibrio ecológico del Planeta,
con su complejo entramado de interrelaciones múltiples, en el que todos los
seres vivos dependemos mutuamente unos de otros. El individuo de pensamiento
tecnomórfico apuesta a la técnica creyendo neciamente que en la misma hallará
bienestar y seguridad mientras que es en el orden natural de la Creación
terrestre y en el celoso cuidado de sus Pilares Biológicos donde se encuentra
la verdadera y única Arca de Salvación.
En el caso del Xingú el tecnomorfo DESTRUYE una
parte importante de la Biosfera con la finalidad de producir electricidad más
fácil, más eficaz y rentable, producida principalmente por los inversionistas.
Todo para sostener una civilización tecnolátrica. Gente supuestamente no tan
perversa o incluso presumiblemente “buena” (pero pasmosamente ingenua y, sobre
todo, muy mal informada) generalmente por motivos ideológicos justifican por
aquí y allá emprendimientos geocidas como la megaminería con cianuro a cielo
abierto y el empleo de energías contaminantes, los desmontes y la
industrialización tecnomórfica del campo, etc., sosteniendo argumentos
realmente insostenibles. Para muchas de ellas, “No se puede ir contra el
«progreso»”, dicen. “Hay que alimentar a las personas”. O bien el trillado: “Es
el Norte industrializado y capitalista el que nos empuja a industrializarnos
también a nosotros y a seguir el mismo camino que ellos… No podemos quedarnos
atrás…”
Pero ese camino, se sabe, lleva hacia el abismo
de la fractura gaiana, hacia la MUERTE planetaria, hacia la carbonización de la
atmósfera (como la de Venus y Martes, dos planetas muertos con una atmósfera de
más del 90 % de dióxido de carbono), así como a un calentamiento global que
pondrá a la vida orgánica contra las cuerdas, no hablemos ya de salvar a la
“civilización”… Entonces, ¿para qué seguir el camino de las malas personas, de
los peores, de los dementes? No se puede llamar "progreso" a la
destrucción del mundo. La historia de la tribu kayapó debe ir por el mundo y
tal vez provocar una reflexión. Una
reflexión profunda, ponderante, fecunda. Lejos de la marcha despiadada
de la sociedad capitalista y tecnocrática –siempre justificándose impunemente a
sí misma-, hacia seres humanos auténticos, nobles, responsables…
En toda América: "derechos" y
seguridad para las corporaciones, para los tecnócratas...
Hace unos años, a finales del siglo pasado, los Kayapós de Brasil y los U'Wa de Colombia, recibieron el Premio Príncipe de Asturias por tener un entorno medioambiental maravilloso, por su cuidado de la tierra, por su respeto al ecosistema, por ser guardianes de este planeta para las generaciones futuras.
Hoy esta gente recibe la represión y el desalojo de sus tierras como el premio brasileño a quienes solo ve como estorbo para llevar adelante los planes expansionistas de un progreso que hará ricos a unos pocos a costas de un pueblo que en vano vivió en armonía con las tierras que el creador les había otorgado una realidad inmoral y perversa digna de la condena planetaria. Si puedes y quieres debes dejar constancia de tu petición por el respeto a estos pueblos que conviven con la naturaleza...