Científicos de la Universidad de Vigo, en España, hallan dos nuevas
variedades
de la flor en el extremo occidental de la isla. Una de ellas es
particularmente
grande en comparación con las otras orquídeas cubanas.
“Una es increíblemente grande y la otra muy pequeñita”. Así le
describió el
investigador Ángel Vale a las dos nuevas especies de orquídeas
descubiertas
en Cuba.
Tal era el tamaño de una de ellas, la Encyclia navarroi, que
los investigadores
de la Universidad de Vigo en España -que trabajaron
junto con los Servicios Ambientales del Parque Nacional Alejandro de
Humboldt,
en Cuba- se vieron forzados a revisar toda la bibliografía sobre
orquídeas hasta
la fecha, ya que no podían creer que una flor tan grande "en
pleno siglo XXI no
se hubiese encontrado antes".
Ambas especies (la otra se llama Tetramicra riparia) pertenecen a la
misma familia.
Tetramicra riparia
Polinización engañosa
Una de las cosas que los científicos destacan de esas flores es su
capacidad para
interactuar con distintos tipos de polinizadores.
"A diferencia de la mayoría de las plantas, muchas orquídeas no
producen néctar
u otras sustancias que sirven de recompensa para los insectos y aves
que las visitan",
explica Ángel Vale, coautor del estudio de la Universidad de Vigo.
A pesar de ello, gracias a su forma y sus colores logran atraer a
numerosos visitantes,
lo cual les permite reproducirse.
A este fenómeno se lo conoce como polinización por engaño.
Coleccionistas primero
Desde hace más de dos siglos las islas caribeñas han sido una suerte
de paraíso
biológico y un laboratorio natural para los investigadores.
El hallazgo de estas dos especies fue hecho un poco por azar. El
equipo de Vale la
descubrió cuando se encontraba en la isla investigando el efecto de
la polinización
por engaño de un grupo específico de orquídeas caribeñas.
Aunque, cuenta Vale, en la mayoría de los casos los descubrimientos
los hacen los
coleccionistas, que cuando ven florecer una flor que no
corresponde con ninguna de
las conocidas se ponen en contacto con los científicos. "Muchas
veces ellos van por
delante de los investigadores".
Estos dos hallazgos se suman a la inmensa variedad de orquídeas que
hay en el
mundo. Se estima que hay al menos entre 25.000 y 30.000 especies de
orquídeas.
Estas plantas son particularmente útiles para detectar signos
tempranos del cambio
climático, ya que dependen no sólo del clima sino también de muchos
factores
vinculados a otros organismos de su entorno.
Si estos cambian, las orquídeas son una de las primeras plantas en
notarlo.
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