¿Es posible vivir sin carros? Todo es proponérselo. La ciudad 
australiana de Bundanoon, por ejemplo, se propuso prohibir la venta
de agua embotellada para evitar la contaminación con los envases 
plásticos, y lo consiguió. 
Otra ciudad, en este caso estadounidense, siguió su ejemplo: Concord. 
Pues bien, en la isla de Mackinac se han prohibido los automóviles.

En el siglo XIX aparecían los primeros automotores en las ciudades 
de los Estados 
Unidos. Entonces no sabían que, muchos años después, las ciudades 
estarían repletas de este medio de transporte contaminante. Pero, 
en esos primeros años, ya hubo gente que se percató de que el ruido 
y los gases contaminantes que expulsaba el nuevo invento se 
convertiría en un problema ambiental.
Algunas ciudades llegaron a prohibir su uso. No sólo en el centro 
urbano, como se hace actualmente en algunas grandes ciudades, sino 
en toda la ciudad. 

Pero, desgraciadamente, esa radical restricción no duró mucho: los 
coches impusieron su ley. 
Sin embargo, una pequeña isla, llamada Mackinac, consiguió resistir 
la presión de la industria y los políticos y los coches están prohibidos 
desde 1898.
La isla de Mackinac se encuentra en la costa de Michagan, en el lago 
Huron. Es un lugar perfecto para relajarse disfrutando de la naturaleza. 
Así que la comunidad local nunca vio con buenos ojos ese invento que 
soltaba humo negro y asustaba a los caballos. 
Muchos llamaban monstruos mecánicos a los coches.
Mackinak, una ciudad donde los coches están prohibidos

Así, según las leyes locales:

El funcionamiento de los carruajes sin caballos está prohibido dentro 
de los límites del municipio de Mackinac (firmado por el Consejo de la 
ciudad de la isla de Mackinac el 6 de Julio de 1898).
Una legislación que aún no ha sido derogada. Los automotores son ilegales 
allí. Un paraíso.
Sólo vehículos para emergencias
En la pequeña isla viven medio millar de personas, aunque, en verano,
la población aumenta hasta los 15.000. Sólo hay, eso sí, un par de vehículos 
de emergencia. 
El resultado de esta original política única en el mundo es un aire más 
limpio y pocos accidentes de circulación (de bicicletas y carruajes) y 
menos graves que los automovilísticos. Los residentes hacen ejercicio y 
los precios del transporte son más justos. 
Además, se ahorran mucho dinero al no tener que mantener un carro 
ni pagar gasolina.
                      Mackinak, una ciudad donde los coches están prohibidos
El transporte en Mackinac es el que existía antes de la invención 
de los automotores: carruajes tirados por caballos y bicicletas, 
además de la posibilidad de ir caminado, claro.