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lunes, 14 de noviembre de 2011

Dañadas y sucias las playas de Omoa, Honduras




Luisa Agüero de la redacción de la revista Hablemos Claro ha escrito un reportaje sobre la situación que se vive en las playas de Omoa, destino turístico famoso por la fortaleza de San Fernando construido durante el tiempo de la colonia y cuyas instalaciones siguen atrayendo a cientos de turistas nacionales y extranjeros. 

Este es el texto del reportaje en referencia:


Urge frenar la contaminación en playas de Omoa, Cortés.

Cifras de la organización Salvemos a Omoa del Silencio, establecen que en los últimos tres años, se perdió el 58 por ciento de superficie arenosa en las playas de Omoa.
• “En el informe de las autoridades de la Serna se determina que las playas de Omoa están contaminadas por grandes promontorios de residuos sólidos, especialmente de plásticos de diferentes tamaños y contenidos”.
• Al parecer, Guatemala carece de un control ambiental, en la vasta zona donde discurre el río Motagua.

Por LUISA AGÜERO
Desde SAN PEDRO SULA

Llegar a la Fortaleza de San Fernando de Omoa no resulta complicado. A 58 kilómetros de San Pedro Sula, sobre la carretera que conduce hacia Guatemala, este espacio único que forma parte de los atractivos arqueológicos y coloniales de Centroamérica y se ubican como aporte hondureño en la ruta del Mundo Maya, le da la bienvenida a quienes visitan el pequeño municipio en el Caribe hondureño. Aquí, el turismo sigue siendo la esperanza para un futuro de bonanza económico que, al menos por ahora, no está en su mejor momento.
Un joven empleado de la histórica fortaleza, afirma con preocupación que la afluencia de visitantes, alguna vez atraídos al municipio de 35,000 habitantes, bajó en un cuarenta por ciento.


Hallazgos. Un informe de la Dirección de Evaluación de Control de Contaminantes (DECA) reveló que en las playas también se encontraron deshechos hospitalarios de productos químicos prohibidos.



 “El problema de las playas es muy serio porque aparte del daño ambiental permanente, basura de Guatemala está contaminando las playas y aunque las autoridades de la Municipalidad de Omoa, realicen jornadas de limpieza permanente, el impacto es terrible”, lamentó.
Julio Rodríguez, otro residente de la zona, expresó que la contaminación es causada por la acumulación de desechos sólidos en la desembocadura del río Motagua, los cuales vienen a terminar en esta bahía, que alguna vez fue uno de los sitios más bellos del país. “Hoy, solo nos queda esto”, expresó mientras nos mostraba el área.
Las autoridades de ese municipio están conscientes que su reto es reactivar la economía local y llegarán hasta las últimas instancias en procura de frenar la contaminación en las playas de Omoa. Para lograrlo, el alcalde Ricardo Lagos, le pidió al Presidente Porfirio Lobo su intervención.
“La riqueza turística e histórica de nuestro municipio es muy grande y cuando la situación es crítica todos debemos unirnos y trabajar para sacarlo adelante y frenar la contaminación, nosotros tenemos mucho que ofrecerle a Honduras y al mundo”, expresó el edil.
Señaló que ya no soportan tanta basura en las playas del municipio. Los pobladores que viven en las zonas afectadas presentan quejas a diario.
“Pedimos el apoyo de las autoridades del gobierno porque la Municipalidad invierte mucho dinero en la limpieza de las playas, pero esa no es la solución porque todos los años en temporada de lluvias tenemos problemas por tantas toneladas de basura”, expresó.
El alcalde Alvarado, además, solicitó auxilio para reconstruir los poblados que fueron dañados por las recientes lluvias. Aseguró que ninguna institución del Estado ha llegado a brindarle aunque sea un plato con comida a más de 22 familias damnificadas.
En tono preocupado, manifestó que el día del desastre algunos representantes de la Comisión Permanente de Continencias (COPECO) sólo llegaron a tomar nota de las pérdidas pero no se volvieron a asomar.
“Yo invito a los representantes de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi), así como a los de COPECO, Salud y de otras instituciones afines, a que lleguen al municipio y apoyen a las personas afectadas, pues no se deben de olvidar de Omoa, ya que en ese sitio se vive del turismo, por lo que urge su recuperación”, llamó Alvarado.
Explicó que requieren de maquinaria para poder quitar la gran cantidad de árboles que se encuentran tirados en más de 12 kilómetros de playa que fueron afectados.
Denunció que en ese sector existen muchos depredadores del bosque que no son castigados, por lo que el llamado es también a las autoridades del Instituto de Conservación Forestal (ICF), para que ponga un poco más de atención a esta situación.
Indicó que las playas están totalmente destruidas, así como los bienes materiales de más de 20 familias que aún están viviendo en albergues, ante la lentitud de las entidades del Estado en llevarles ayuda.
Agregó que temen un brote de alguna enfermedad, ya que a lo largo de la playa hay una serie de animales muertos que son un foco de contaminación, por lo que le pide al titular de la Secretaría de Salud, Arturo Bendaña, que interponga sus buenos oficios, para prevenir cualquier epidemia.
Hay algo cierto: Aún hay muchas familias que corren peligro, ya que pese a que el temporal se había disipado en la parte alta de la aldea Cuyamelito, en la ribera del río del mismo nombre colapsó una vivienda, dejando a otra familia en la calle, aunque por fortuna no se reportaron daños humanos.
También han resultado más de veinte casas destruidas y unas cincuenta familias damnificadas debido al desbordamiento de los ríos en las comunidades de Masca, Potrerillos, El Paraíso y Cuyamelito, producto del frente frío, acompañado de una cuña de alta presión que entró al territorio nacional. Son 18 afluentes los que cruzan por ese municipio costeño, por lo que de seguir la lluvia temen que se genere un problema mayor.
¿IMPACTO PROFUNDO?
En el caso de la contaminación de las playas de Omoa, el siguiente paso es que, en una reunión de viceministros de Recursos Naturales de Centroamérica en El Salvador, Honduras expondrá el problema que tiene por la cantidad de basura proveniente del vecino país.
Julio Ernesto Eguigurems, titular de la Dirección de Evaluación de Impacto Ambiental, Deca, de la Serna, manifestó que después de hacer las evaluaciones desde las playas de Masca hasta la barra del Motagua se encontró una contaminación total de desechos sólidos de toda naturaleza.
“En el informe de las autoridades de la Serna se determina que las playas de Omoa están contaminadas por grandes promontorios de residuos sólidos, especialmente de plásticos de diferentes tamaños y contenidos; también se encontraron desechos hospitalarios de productos químicos prohibidos”, detalló.
El funcionario dijo que, debido al problema en Omoa, una comisión formada por Salud Pública, Instituto de Conservación Forestal, Municipalidad y Cancillería de la República -esta por ser un tema transnacional- visitará en los próximos días la zona. “Además habrá una reunión de viceministros de Ambiente en las próximas semanas en la República de El Salvador y ahí se hablará de la contaminación que arrastra el río Motagua”.
Informó que entre Cancillerías se podría nombrar una comisión binacional para que analice el problema y dé una solución a largo plazo. “Sabemos que la contaminación también les causa problemas de salud a los pobladores, por lo que se harán estudios científicos para determinar la gravedad”, explicó Eguigurems.
Otro problema ambiental causado por la contaminación del río Motagua es el daño en los manglares de las zonas protegidas de la barra del Motagua en Omoa.
Eguigurems informó que se deberán tomar medidas a corto plazo, como la limpieza inmediata de las playas, que harán mecánicamente por el alto grado de contaminación.
Otra medida es la prevención, en la que se trabajará con los habitantes de la zona para indicar las precauciones que deben adoptar.
Por ahora, el mayor inconveniente para la actual corporación es que, al parecer, Guatemala carece de un control ambiental, en la vasta zona donde discurre el río Motagua. Cifras de la organización Salvemos a Omoa del Silencio, establecen que en los últimos tres años, se perdió el 58 por ciento de superficie arenosa en las playas de Omoa, algo casi imposible recuperar. Sin embargo, es mayor el potencial rescatable del municipio, siempre que el gobierno central destine recursos y asuma la importancia de preservar y mantener el patrimonio cultural para las futuras generaciones.


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